Alimentación saludable: Pilar fundamental del autocuidado para mitigar riesgos asociados a las enfermedades no transmisibles (ENT)

La relación entre la alimentación y las enfermedades no transmisibles (ENT) tiene un gran impacto en la salud en América Latina, donde ENTs como la diabetes, la enfermedad coronaria, el síndrome de intestino irritable y el deterioro cognitivo, entre otras, afectan la salud y bienestar de millones de personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), y múltiples estudios, resaltan que una alimentación saludable: variada, adecuada en nutrientes y otros componentes, ayuda al buen funcionamiento fisiológico del cuerpo, y a reducir algunos de los factores de riesgo asociados a las ENT. A pesar de que muchas personas conocen la importancia de una alimentación balanceada, en la práctica diaria no siempre son congruentes con las recomendaciones para mantenerla.

Conozcamos más sobre la alimentación saludable como una acción de autocuidado, su relación con la reducción de ciertos riesgos asociados a las ENT y el impacto que tiene en la salud de las personas, así como su impacto positivo en la sustentabilidad económica de los sistemas de salud.

 

¿Qué son las ENT y cómo se relacionan con la alimentación?

Las enfermedades no transmisibles (ENT) son condiciones que afectan la salud y a menudo se desarrollan a lo largo de la vida debido a factores asociados con el estilo de vida, como la actividad física y la alimentación.  

Las ENT incluyen la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades pulmonares crónicas, las enfermedades cognitivas y trastornos de salud mental, entre otras.  La OMS, reporta que las ENT son la principal causa de discapacidad y mortalidad en el mundo. Así mismo, señala que las acciones más importantes para detener el acelerado aumento de estas condiciones son comportamientos saludables y de autocuidado enfocados en reducir riesgos, dentro de los cuales, una alimentación saludable destaca entre los principales. (1)

 

Componentes clave para una alimentación saludable ¿Cómo lograrlo? 

La homeostasis es el proceso mediante el cual el cuerpo mantiene un equilibrio interno estable a pesar de los cambios en el ambiente externo. Este equilibrio es fundamental para la supervivencia y el funcionamiento adecuado de las células, tejidos y órganos. Los nutrientes desempeñan un papel crucial en la homeostasis al participar en procesos fisiológicos esenciales, como proporcionar energía y regular funciones corporales.

La OMS reconoce que no hay una composición única de una alimentación variada, equilibrada y saludable, ésta debe responder a las necesidades de cada persona (sus hábitos, edad, grado de actividad física), así como a la disponibilidad de alimentos y entorno cultural. (2)  Sin embargo, organizaciones de salud y nutrición coinciden en que es importante garantizar que la alimentación proporcione a las personas los siguientes nutrientes:

  1. Vitaminas y Minerales: Estas son sustancias esenciales que el cuerpo necesita para su función celular y biológica, prácticamente todas las funciones del organismo requieren de vitaminas y minerales para lograr el equilibrio adecuado: el sistema inmune, la energía, el sistema nervioso, y la salud ósea por mencionar algunos. La ingesta de vitaminas y minerales depende del tipo de alimento que consumimos, y en consecuencia varía el aporte de los nutrientes requeridos para el equilibrio interno del cuerpo.


  2.  Fibra: La fibra es necesaria para la digestión de los alimentos, y a su vez regula los niveles de glucosa en sangre y reduce los niveles de colesterol. La fibra soluble es especialmente beneficiosa para la salud del corazón. Está presente en frutas, vegetales, granos enteros y legumbres.


  3.  Grasas saludables: Las grasas insaturadas, como los ácidos grasos omega-3, son antiinflamatorias y ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Las fuentes de omega-3 incluyen pescados grasos, semillas o frutos secos.


  4.  Carbohidratos: Los carbohidratos son la fuente de energía para nuestro cuerpo. Aquí es importante priorizar el consumo de carbohidratos de bajo índice glicémico, con el objetivo de mantener los niveles estables de glucosa en sangre. Estos se encuentran en frutas, vegetales y granos enteros.

 

La variedad de los alimentos que consumimos, y la suplementación como complemento, son la clave para alcanzar una ingesta adecuada de estos componentes, fomentando un estado nutricional y de salud óptimo y reducir ciertos factores de riesgos asociados al desarrollo de las ENT.

 

¿Cuáles son los desafíos de alimentación en América Latina para mejorar la salud?

Menos del 11% de las personas en América Latina cumple con la recomendación diaria de frutas y vegetales. Además, menos del 3% alcanza los niveles sugeridos de granos enteros, semillas, nueces, pescado y mariscos.

La alimentación en América Latina enfrenta desafíos significativos, evidenciados por una dieta promedio que presenta notorias deficiencias en el consumo de frutas, vegetales, granos enteros, nueces y semillas (3). Según el Estudio Latinoamericano de Nutrición y Salud (ELANS), menos del 11% de la población de la región cumple con la recomendación de consumir entre 200 y 400 gramos diarios de frutas y vegetales. Además, menos del 3% alcanza los niveles sugeridos de granos enteros, semillas, nueces, pescado y mariscos. (4) Estas carencias alimentarias tienen un impacto directo en la salud de las personas, incrementando los riesgos de desarrollar enfermedades no transmisibles (ENT) y deteriorando el bienestar general.

Por ejemplo, una alimentación baja en ácidos grasos omega-3 y fibra está relacionada con un mayor riesgo de enfermedades del corazón. La carencia de micronutrientes como las vitaminas y minerales afecta el metabolismo, la energía y la capacidad del cuerpo para adaptarse a cambios externos y combatir agentes causantes de enfermedad.

El efecto de estas deficiencias en la alimentación en la región presenta una carga multifacética que afecta la salud, la productividad, la sostenibilidad financiera de los sistemas de salud y las economías de los países.

 

Soluciones para promover la salud y el bienestar.

Superar estos desafíos requiere un enfoque integral que promueva el autocuidado y la educación en nutrición. Incluir en la alimentación diaria una mayor variedad de alimentos que aporten vitaminas, minerales, fibra, y grasas saludables pueden mejorar la salud digestiva, la salud cardiovascular, y el metabolismo de la glucosa, disminuir la inflamación crónica y así y reducir algunos factores de riesgo de ENT. Como parte de estas acciones, los suplementos alimenticios son intervenciones de autocuidado que pueden ayudar a complementar la alimentación saludable y cubrir los requerimientos necesarios de nutrientes y otros componentes esenciales para lograr un buen estado nutricional.

El apoyo y la participación de los profesionales de salud, como nutricionistas, dietistas y nutriólogos, es fundamental para abordar juntos estos desafíos, educando y orientando a las personas a conocer sus requerimientos personales y a promover el cambio de hábitos.

Al adoptar un estilo de vida saludable y una actitud preventiva, integrando acciones de autocuidado, junto a la alimentación saludable, cuidamos nuestra salud individual y también contribuimos a la sostenibilidad de los sistemas de salud en América Latina.

 

Conoce más sobre el valor económico y social del autocuidado a través del uso de suplementos alimenticios en América Latina con el estudio encomendado por ILAR: AQUÍ.

 


Fuentes y referencias

1.     Economía de las ENT. PAHO. Consulta en https://www.paho.org/es/temas/economia-ent

2.     Alimentación Saludable. PAHO. Disponible: https://www.paho.org/es/temas/alimentacion-saludable

3.     Efectos sobre los riesgos alimentarios sobre la salud. Lancet 2019; 393: 1958-72

4.     Estudio Latinoamericano de Nutrición y Salud en América Latina. 2021. Nutrients 21,13,1809.

5.     Food and Lifestyle in Health and Disease | Chuong Pham-Huy, Bruno Pham (taylorfrancis.com)

Siguiente
Siguiente

El valor económico y social del autocuidado a través del uso de suplementos alimenticios en América Latina.